Pizarro, nuestra querida ilustre prostituta
Manuel Pizarro, ese empresario aragonés, con cara de violador de niños, ha salido a la primera plana política desde el pulpito social que le brinda ser el nuevo número 2 del Partido Popular. Con la intención de participar en la alegre y feliz fiesta liberal, que es la eterna campaña electoral de su partido, el feliz economista ha decidido hacer unas declaraciones “lucidas” aunque “políticamente incorrectas” (el fachilla se nos pone antisistema).
Según este, ya entrañable personaje, “la iglesia católica lleva 2000 años posicionándose en contra de los que matan”. Sublime.También ha declarado que las dos legislaturas del Partido Popular entre 1996 y 2004 fueron una etapa maravillosa, que sentó un precedente para posicionar a España en Europa y el mundo. Además, fue la única época en la que “España no fue un país de pedigüeños”.
Hace falta tener poca vergüenza. Supongo que eso es una cosa que se compra con la fortuna que ha amasado este parásito político y traidor mental a la inteligencia colectiva. Más que poca vergüenza yo diría que hay que ser un auténtico hijo de la gran puta. Como todo su partido de hijos de la gran puta. Y todos sus simpatizantes de gilipollas e hijos de puta, meapilas obedientes dispuestos a olvidar lo que les paso ayer si eso conviene al partido.
¿Cómo pueden atreverse a decir… como osan decir, que durante el Octenio Ominoso, España no era un país de pedigüeños? ¿Un poco de memoria? Su amiguito José Mari I de Génova fue quién más dinero ha pedido en la historia a la Unión Europea. Dinero que, ¿adivinais dónde iba? A las arcas de las empresas de sus cabrones de amiguitos tales como el propio Pizarro. España, el país que quería entrar en el G-8 recibía en aquellos tiempos más ayudas que Portugal y Grecia juntos. El glorioso Reino de España, que tanto lloraba por los impedimentos que allá por los ’80 ponía Francia para que se uniese a la CEE fue el país que más trabas y zancadillas puso para entrar a los países de Europa del Este porque eso suponía renunciar a cuantiosas ayudas.
“Eso es demagogia”. “La memoria histórica es para rojos, ateos, masones y maleantes de toda índole”.
Da auténtica vergüenza ver como repugnantes ratas que hacen gala de un descaro que sobrepasa en todo momento el insulto a la inteligencia, tienen el apoyo incondicional de la España de la comparsa y la pandereta. Da asco y genera odio.
¿Cómo puede esta gente ser la segunda fuerza política del país? ¿Cuándo superara España el absolutismo modelo deluxe Fernando VII? En mi opinión amiguitos y amiguitas, a este paso… nunca.
Ahí queda dicho.
Christo Kolocho
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